lunes, 8 de noviembre de 2010

RELATIVISMO EN LA VIDA COTIDIANA II

Subimos la segunda parte de esta reflexión que Carlos Jiménez nos ha compartido.




La gente que se encuentra visiblemente influenciada por el relativismo tienen como premisa mayor aquel verso de Ramón de Campoamor: “En este mundo traidor nada es verdad ni mentira, todo depende del cristal con que se mira”. Si, en efecto –pensemos en contralógica a Campoamor– todo depende del cristal con que se mira, entonces este debe ser un cristal universal y suficientemente grande para que alcancen todos a ver todo; así no depende del punto de vista de la personal, a manera solipsista, para no detenerse en trivialidades como ver un recipiente medio lleno o medio vacío.
Es curioso ver cómo la gente asiste a tugurios donde se practica la quiromancia y otras artes adivinatorias, porque creen que es verdad lo que les dicen en esos lugares; que dejan en la superstición y en la ingenuidad toda su fe. Critican a la gente que profesa alguna religión, siendo que los que se pronuncian ateos, o agnósticos tienen más dioses que los helenos en tiempos socráticos.
 No podemos dejarnos llevar por esta visión relativista, que lo único que trae consigo es el implícito miedo al compromiso, el cual es una consecuencia también del relativismo que se respira hoy en la aldea global.
Empero, en lo que no se han puesto a pensar estas personas es que si no hay nada objetivo -nada es sustentable- entonces no podríamos actuar, y todo lo que hemos logrado hasta ahora en cuestión de urbanidad se terminaría invirtiendo de manera nietzscheana, es decir, que la inversión de los valores y las leyes harían que el más fuerte gobernara y todo estaría regido por la tiranía.


©  
Carlos Jiménez


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